El duelo es un proceso de adaptación universal y completamente natural, que tiene lugar tras la pérdida de un ser querido. Pero no por ello es menos doloroso. De hecho, es una de las experiencias más estresantes a las que nos tenemos que enfrentar, y que se asocia con importantes problemas de salud, como la depresión, la ansiedad, el abuso de fármacos, etc…

Todas estas emociones que nos embargan durante el duelo, también pueden llevar al aislamiento; debido a la sensación de incomprensión que, a menudo, se siente. Y eso puede llevar a evitar a otras personas, y situaciones que antes disfrutabas.

Son muchas las ocasiones en las que cuando llegan a consulta, me preguntan cómo pueden quitarse el dolor que les produce el duelo, y cuándo volverán a ser los de antes. Pero, sentir ese dolor, es normal y necesario, ya que nos empuja a mirarnos y a estar con nosotros mismos. Nos permitimos sentir, y esto es de gran ayuda para la asimilación y aceptación de la pérdida.

Cuando atraviesas en duelo, tienes por delante un duro recorrido lleno de lágrimas, dolor, tristeza y, a menudo, rabia y frustración. Muchas emociones que te embargan, y que no siempre se pueden gestionar adecuadamente.

Este proceso nos permite el reajuste emocional, social y psicológico necesario, para poder continuar con nuestra vida. Pero hay momentos en los que expresar el dolor por la pérdida de un ser querido, no está socialmente permitido. Lo que puede dificultar que se elabore el duelo de una manera eficaz.

La persona en duelo debe transitar por todas la emociones que va experimentando, porque realizar ese recorrido es inevitable, y las consecuencias de no hacerlo de manera libre y natural, pueden acarrear muchas dificultades.

Y aquí es donde yo puedo ayudarte.